Y los que lo vieron les contaron cómo le había sucedido al endemoniado, y también acerca de los cerdos.

Ver. 16. Vienen a Jesús ] Y, asombrados por el milagro, no protestan ni una herida; pero, reconociéndolo como Señor de todo, le ruegan que se vaya, no sea que sufra más pérdidas por él. El diablo volverá a tener su morada en sí mismos en lugar de en sus cerdos (como lo expresó el mártir Bradford): preferirán perder a Cristo que a sus puercos.

Y en su sano juicio ] Sanguis medici factus est medicina phrenetici. La sangre del cirujano era el ungüento del enfermo.

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