Ofreció [para] su ofrenda un plato de plata, cuyo peso era de ciento treinta [siclos], un cuenco de plata de setenta siclos, según el siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda de carne:

Ver. 19. Y cuando Moisés entró, etc. ] Escipión Africano solía, antes del día, ir al Capitolio, en cellam Iovis, y quedarse allí un buen rato, cuasi consultans de Rep. Cum Iove, como si hubiera aconsejado con su dios sobre los negocios públicos. a

a Gell., lib. vii., cap. 1.

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