Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;

Ver. 18. Quienes sostienen la verdad ] Mantienen la luz de su conciencia (que es como un profeta de Dios) prisionera. El hombre natural, para poder pecar con mayor seguridad, aprisiona la verdad que reconoce y se aferra a todos los principios en su cabeza que de alguna manera podrían perturbar su curso en el pecado, encerrándolos con restricción. De ahí que parezca que ningún hombre es justo en sí mismo, o por su propia justicia, que era el το κρινομενον.

Aquellos de los filósofos que más conocieron, como Sócrates, Aristóteles, Platón, etc., son desmentidos si no fueron viciosos en su práctica, et de virtute locuti, Clunem agitant. (Juvenal.) Platón tenía el conocimiento de un Dios; pero no se atrevió a decirlo públicamente. No es fácil (dice él) encontrar al Creador de todo, ni seguro comunicar su conocimiento a la gente común. Entonces Séneca escribió un libro (ahora perdido) contra las supersticiones; pero dice Austin, Libertas affuit scribenti, non viventi: colebat quod reprehendebat, agebat quod argubat, quod culpabat adorabat: No vivió según sus propios escritos, sino que adoraba lo que reprendía; hizo lo que denunció, se inclinó ante el culpable; diciendo (como Domicio Calderino cuando fue a misa) Eamus ad eommunem errorem,Vayamos a lo que no podemos dejar de condenar por un error común. (Bucholcer.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad