Salió humo de su nariz, y fuego de su boca consumió: carbones encendidos por él.

Ver. 8. Salió humo de sus fosas nasales ] Como los hombres enojados respiran con vehemencia y parecen escupir fuego con sus bravucones y amenazas, así aquí ανθρωποπαθως omnia, quae tamen θεοπρεπως sunt intelligenda.

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