Comentario completo de John Trapp
Salmo 38:13
Pero yo, como sordo [hombre], no oí; y [yo era] como un mudo [que] no abre su boca.
Ver. 13. Pero yo, como un hombre sordo, no oí ] Pero poseía un alma en la paciencia; en la tranquilidad y la confianza estaba mi fuerza, Isaías 30:15 . Como ellos dominaban sus lenguas, yo también lo era para mis oídos. El que no puede soportar las calumnias, los reproches y las injurias, no puede vivir, dice Chytraeus; que incluso haga su manada y sáquelo del mundo.
El virus que Theodorus envía para aconsejar a Melancthon qué hacer cuando Osiander predicó contra él. Melancthon le pidió, por amor de Dios, que no respondiera, sino que se comportara como un sordo que no oía. Virus responde que esto fue muy difícil; sin embargo, obedecería. Otro respondió valientemente a uno que lo insultaba: Facile est in me dicere, cum non sim responsurus, Puedes decir lo que quieras, pero no oiré más de lo que quisiera y te castigaré con silencio, o más bien con alegre desprecio.
Los príncipes no suelen regañar cuando los embajadores les ofrecen indecencias, sino negarles audiencia. Ese hombre ciertamente disfruta de una compostura valiente que se pone por encima del vuelo de la garra dañina.
Y yo era como un tonto, etc. ] Les respondió con silencio y taciturnidad; que es la mejor respuesta a las palabras de desprecio y petulancia. Isaac respondió a su hermano Ismael; y nuestro Salvador Pilato, Herodes y Caifás; y Giles de Bruselas, cuando los frailes que ladraban lo insultaban, callaba continuamente; tanto que esos blasfemos dirían en el exterior que tenía un demonio mudo en él.
Esta es una gran victoria, no devolver mal por mal, o maldición por maldición, 1 Pedro 3:9 . Nihil fortius, nihil magis egregium quam audire noxia, et non respondere contraria, dice Cassiodore, Nada es más valiente o atroz que escuchar reproches y no dar respuesta. Como, por el contrario, In rixa es inferior est qui victor est, en una pelea pasa lo peor que tiene lo mejor, dice Basilio. Y, Sile, et funestam dedisti plagam, dice Crisóstomo, no digas nada en tal caso, y así darás a tu adversario un golpe mortal.