Me acordé de Dios y me turbé; me quejé y mi espíritu se sintió abrumado. Selah.

Ver. 3. Me acordé de Dios y me turbé ] Tumultuabar, fluctuando perstrepebam; porque Dios parecía enojarse y desterrar mis oraciones; esto me hizo llorar, y poco menos que murmurar.

Mi espíritu estaba abrumado ] Con sentimiento de pecado y temor a la ira. Esta fue una tentación muy grave y peligrosa, en la que debemos orar para que no nos dejen llevar, o al menos para que no nos dejen caer, no sea que nos desesperemos por completo.

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