El propósito de la epístola parece ser que, habiendo quedado Timoteo en Éfeso, San Pablo le escribió para instruirlo en la elección de los funcionarios adecuados en la iglesia, así como en el ejercicio de un ministerio regular. También para advertirle contra la influencia de los falsos maestros, que mediante sutiles distinciones e interminables disputas, corrompían la pureza y la sencillez del evangelio. Le presiona para que tenga en cuenta constantemente la mayor diligencia, fidelidad y celo. Estos temas ocupan los cuatro primeros capítulos; el quinto capítulo instruye respecto a las clases particulares; en la última parte, se condenan las controversias y disputas, se reprocha el amor al dinero y se exhorta a los ricos a las buenas obras.
El apóstol saluda a Timoteo. (1-4) El propósito de la ley dada por Moisés. (5-11) De su propia conversión y llamada al apostolado. (12-17) La obligación de mantener la fe y la buena conciencia. (18-20)