* Josías lee la ley y renueva el pacto (1-3). Él destruye la
idolatría (4-14). La reforma se extiende a Israel, se celebra la
Pascua (15-24). Josías es asesinado por Faraón Necao (25-30). Los
reinados malvados de Joacaz y Joacim (31-37).... [ Seguir leyendo ]
1-3 Josías había recibido un mensaje de Dios de que no se podía
evitar la ruina de Jerusalén, pero que solo debía salvar su propia
alma; sin embargo, él hace su deber y deja el resultado en manos de
Dios. Comprometió al pueblo de la manera más solemne a abolir la
idolatría y a servir a Dios con just... [ Seguir leyendo ]
4-14 ¡Cuánta maldad en Judá y Jerusalén! No se habría creído
posible que en Judá, donde Dios era conocido, en Israel, donde su
nombre era grande, en Salem, en Sion, donde estaba su morada, se
encontraran tales abominaciones. Josías había reinado dieciocho
años, y él mismo había dado un buen ejemplo... [ Seguir leyendo ]
15-24 El celo de Josías se extendió a las ciudades de Israel que
estaban a su alcance. Preservó cuidadosamente el sepulcro de ese
hombre de Dios que vino de Judá para predecir la destrucción del
altar de Jeroboam. Cuando limpiaron el país de la antigua levadura de
la idolatría, se dedicaron a celebr... [ Seguir leyendo ]
25-30 Al leer estos versículos, debemos decir: Señor, aunque tu
justicia es como las grandes montañas, evidente, claramente visible y
indiscutible; sin embargo, tus juicios son un gran abismo, insondables
y difíciles de comprender. El rey reformador es eliminado en medio de
su utilidad, por miserico... [ Seguir leyendo ]
31-37 Después de que Josías fue puesto en su sepulcro, un problema
siguió a otro, hasta que, en veintidós años, Jerusalén fue
destruida. Los malvados perecieron en gran número, los sobrevivientes
fueron purificados, y la reforma de Josías había levantado a algunos
para unirse a los pocos que eran la... [ Seguir leyendo ]