1-6 La bondad de la buena sunamita hacia Eliseo fue recompensada por el cuidado que tuvo de ella en la hambruna. Es bueno prever un mal, y la sabiduría, cuando lo prevemos, ocultarnos si podemos hacerlo legalmente. Cuando terminó la hambruna, ella regresó de la tierra de los filisteos; ese no era el lugar apropiado para un israelita, más de lo que era necesario. Era el momento en que ella vivía tan segura entre su propia gente, que no tenía ocasión de hablarle al rey; pero hay mucha incertidumbre en esta vida, de modo que las cosas o las personas pueden fallarnos de lo que más dependemos, y aquellos que se hacen amigos de nosotros y que creemos que nunca necesitaremos. A veces los eventos, pequeños en sí mismos, prueban su consecuencia, como aquí; porque prepararon al rey para creer la narrativa de Gehazi, cuando así se confirmó. Lo preparó para aceptar su pedido y para mantener una vida que fue dada una y otra vez por milagro.

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