1-7 ¡Mira cómo fue asesinado Ishbosheth! Cuando esas dificultades nos desaniman, lo que debería agudizar nuestros esfuerzos, traicionamos nuestras coronas celestiales y nuestras vidas terrenales. No ames el sueño, para que no llegues a la pobreza y la ruina. El alma ociosa es una presa fácil para el destructor. No sabemos cuándo y dónde nos encontrará la muerte. Cuando nos acostamos a dormir, no estamos seguros de que no podamos dormir el sueño de la muerte antes de despertarnos; ni sabemos de qué mano puede venir el golpe mortal.

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