9-12  Tanto el corazón como la boca deben ser vigilados. El temperamento y el espíritu de Diótrefes estaban llenos de orgullo y ambición. Es malo no hacer el bien nosotros mismos; pero es peor impedir a los que quieren hacer el bien. Es más probable que se acepten las advertencias y los consejos que están sazonados con amor. Sigue lo que es bueno, porque el que hace el bien, como deleitándose en él, ha nacido de Dios. Los que hacen el mal, en vano pretenden o se jactan de conocer a Dios. No sigamos lo que es orgulloso, egoísta y de mal diseño, aunque el ejemplo sea dado por personas de rango y poder; sino seamos seguidores de Dios, y caminemos en amor, a ejemplo de nuestro Señor.

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