1-9 Las similitudes aquí son diferentes de lo que eran antes, y en el original se refieren a ropas gloriosas y espléndidas. Tal honor tiene todos sus santos; y después de vestirse de Cristo, se distinguen por su ropa hermosa y gloriosa. Adornan la doctrina de Dios su Salvador en todas las cosas. Los creyentes consistentes honran a Cristo, recomiendan el evangelio y convencen y despiertan a los pecadores. La iglesia se asemeja a la palma majestuosa y extendida; mientras que su amor por Cristo, y la obediencia que de allí resulta, son preciosos frutos de la verdadera vid. El rey se celebra en las galerías. Cristo se deleita en las asambleas y ordenanzas de su pueblo; y admira el fruto de su gracia en ellos. Cuando se aplica a la iglesia y a cada cristiano fiel, todo esto denota esa belleza de santidad, en la cual serán presentados a su Novio celestial.

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