18-25 Que todos se guíen por las tres reglas aquí dadas. 1. Permitamos que nuestros corazones se llenen de la palabra de Dios. No habrá buenas prácticas en la vida a menos que haya buenos pensamientos, buenas afectaciones y buenos principios en el corazón. 2. Mantengamos nuestros ojos fijos en la palabra de Dios, teniendo un constante respecto hacia ella como guía de nuestro camino, como regla de nuestro trabajo, Salmo 119:30. Salmo 119:3. Mantengamos nuestras lenguas ocupadas con la palabra de Dios. Nada contribuirá más a la prosperidad y al mantenimiento de la religión en una nación que la buena educación de los niños.

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