1-11 EEste año de liberación tipificaba la gracia del evangelio, en el cual se proclama el año aceptable del Señor; y por el cual obtenemos la liberación de nuestras deudas, es decir, el perdón de nuestros pecados. La ley es espiritual y pone restricciones a los pensamientos del corazón. Nos equivocamos si creemos que los pensamientos están libres del conocimiento de Dios y de Su corrección. Es un corazón verdaderamente malvado el que engendra malos pensamientos a partir de la buena ley de Dios, como lo hicieron aquellos que, porque Dios los había obligado a la caridad del perdón, negaron la caridad de dar. Aquellos que desean abstenerse del acto del pecado deben mantener fuera de sus mentes incluso el pensamiento mismo del pecado. Es una cosa terrible tener el clamor de los pobres justamente en contra de nosotros. No seas tacaño con tu hermano; no desconfíes de la providencia de Dios. Lo que haces, hazlo de corazón, porque a Dios le agrada el dador alegre, 2 Corintios 9:7.

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