8-16 El interés que creemos que hacemos por nosotros mismos, debemos reconocer que es el regalo de Dios. Daniel seguía firme en su religión. Como sea que lo llamaran, él todavía mantenía firme el espíritu de un israelita. Estos jóvenes escrutaron acerca de la carne, para que no sea pecaminosa. Cuando el pueblo de Dios está en Babilonia, deben tener especial cuidado de no participar de sus pecados. Es para elogio de los jóvenes, no codiciar o buscar las delicias de los sentidos. Aquellos que se destacarían en sabiduría y piedad, deben aprender de vez en cuando para mantener el cuerpo bajo. Daniel evitó contaminarse con el pecado; y deberíamos temer más que cualquier problema externo. Es más fácil mantener la tentación a distancia que resistirla cuando está cerca. Y no podemos mejorar mejor nuestro interés en cualquiera con quien hemos encontrado favor, que usarlo para evitar el pecado. Las personas no creerán el beneficio de evitar el exceso y de una dieta de repuesto, ni cuánto contribuyen a la salud del cuerpo, a menos que lo intenten. La templanza concienzuda siempre hará más, incluso para la comodidad de esta vida, que la indulgencia pecaminosa.

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