Los gálatas fueron reprendidos por apartarse de la gran doctrina de
la justificación sólo por la fe en Cristo. (1-5) Esta doctrina se
estableció a partir del ejemplo de Abraham. (6-9) Del tenor de la ley
y la severidad de su maldición. (10-14) A partir del pacto de las
promesas, que la ley no podía... [ Seguir leyendo ]
1-5 Varias cosas empeoraron la locura de los cristianos gálatas. Se
les había predicado la doctrina de la cruz, y se les había
administrado la cena del Señor, en la cual Cristo crucificado y la
naturaleza de sus sufrimientos habían sido expuestos plena y
claramente. ¿Se les había hecho partícipes de... [ Seguir leyendo ]
6-14 El apóstol demuestra la doctrina que había reprochado a los
gálatas por rechazarla, es decir, la justificación por la fe sin las
obras de la ley. Esto lo hace a partir del ejemplo de Abraham, cuya fe
se aferró a la palabra y la promesa de Dios, y al creer fue
reconocido y aceptado por Dios como... [ Seguir leyendo ]
15-18 El pacto que Dios hizo con Abraham, no fue anulado por la
entrega de la ley a Moisés. El pacto fue hecho con Abraham y su
Semilla. Todavía está en vigor; Cristo permanece para siempre en su
persona, y su simiente espiritual, que es suya por la fe. Con esto
aprendemos la diferencia entre las pr... [ Seguir leyendo ]
19-22 Si esa promesa era suficiente para la salvación, ¿para qué
servía entonces la ley? Los israelitas, aunque elegidos para ser el
pueblo peculiar de Dios, eran pecadores al igual que los demás. La
ley no tenía por objeto descubrir un camino de justificación
diferente del que se había dado a conoc... [ Seguir leyendo ]
23-25 La ley no enseñaba un conocimiento vivo y salvador, sino que,
por medio de sus ritos y ceremonias, especialmente por medio de sus
sacrificios, señalaba a Cristo, para que fueran justificados por la
fe. Y así era, como la palabra significa propiamente, un siervo, para
conducir a Cristo, como lo... [ Seguir leyendo ]
26-29 Los verdaderos cristianos gozan de grandes privilegios bajo el
evangelio; y ya no son considerados siervos, sino hijos; no son
mantenidos ahora a tal distancia, y bajo tales restricciones como lo
eran los judíos. Habiendo aceptado a Cristo Jesús como su Señor y
Salvador, y confiando sólo en él... [ Seguir leyendo ]