15-21 Varios motivos pueden hacer que los hijos de Jacob continúen en Egipto, a pesar de la visión profética que Abraham tuvo de su esclavitud allí. A juzgar por José por el genio general de la naturaleza humana, pensaron que ahora se vengaría de aquellos que lo odiaban y lo lastimaban sin causa. Al no poder resistir o huir, intentaron ablandarlo humillándose. Le suplicaron como los siervos del Dios de Jacob. José se sintió muy afectado al ver este cumplimiento completo de sus sueños. Los dirige no a temerle, sino a temer a Dios; para humillarse ante el Señor y buscar el perdón divino. Les asegura su propia amabilidad con ellos. Vea de qué excelente espíritu era José y aprenda de él para hacer el bien por el mal. Los consoló y, para desterrar todos sus miedos, les habló amablemente. Los espíritus rotos deben ser atados y alentados. A quienes amamos y perdonamos, no solo debemos hacerles bien, sino también hablarles amablemente.

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