34-43 La aceptación no puede obtenerse sobre ninguna otra base que no sea la del pacto de misericordia, mediante la expiación de Cristo; pero dondequiera que se encuentre la verdadera religión, Dios la aceptará sin tener en cuenta nombres o sectas. El temor de Dios y las obras de justicia son la sustancia de la verdadera religión, los efectos de la gracia especial. Aunque no son la causa de la aceptación de un hombre, la demuestran; y todo lo que pueda faltar en el conocimiento o la fe, será dado a su debido tiempo por Aquel que lo ha comenzado. Conocían en general la palabra, es decir, el evangelio, que Dios envió a los hijos de Israel. El propósito de esta palabra era que Dios, por medio de ella, publicaba las buenas nuevas de paz por medio de Jesucristo. Conocían las diversas cuestiones de hecho relacionadas con el evangelio. Conocían el bautismo de arrepentimiento que predicaba Juan. Que sepan que este Jesucristo, por quien se hace la paz entre Dios y los hombres, es Señor de todo; no sólo como sobre todo, Dios bendito por los siglos, sino como Mediador. Todo el poder, tanto en el cielo como en la tierra, está en su mano, y todo el juicio está en sus manos. Dios irá con aquellos a los que unge; estará con aquellos a los que ha dado su Espíritu. Pedro declara entonces la resurrección de Cristo de entre los muertos, y las pruebas de la misma. La fe se refiere a un testimonio, y la fe cristiana se construye sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, sobre el testimonio dado por ellos. Ved lo que hay que creer respecto a él. Que todos somos responsables ante Cristo como nuestro Juez; así que cada uno debe buscar su favor, y tenerlo como nuestro Amigo. Y si creemos en él, todos seremos justificados por él como nuestra Justicia. La remisión de los pecados sienta las bases para todos los demás favores y bendiciones, al eliminar lo que impide su concesión. Si el pecado es perdonado, todo está bien, y terminará bien para siempre.

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