32-34 El apóstol fue tratado con más civismo exterior en Atenas que en otros lugares; pero ninguno despreció más su doctrina, o la trató con más indiferencia. De todos los temas, el que más atención merece es el que menos gana. Pero los que desprecian, tendrán que soportar las consecuencias, y la palabra nunca será inútil. Se encontrarán algunos que se adhieran al Señor y escuchen a sus fieles servidores. La consideración del juicio venidero, y de Cristo como nuestro Juez, debería instar a todos a arrepentirse del pecado, y volverse a Él. Cualquiera que sea la materia utilizada, todos los discursos deben conducir a Él y mostrar su autoridad; nuestra salvación y resurrección vienen de Él y por Él.

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