1-16 Esteban fue acusado de blasfemar contra Dios y de ser un apóstata de la religión; por lo tanto, demuestra que es hijo de Abraham y se valora por ello. Los lentos pasos por los que la promesa hecha a Abraham avanzó hacia su cumplimiento, muestran claramente que tenía un significado espiritual, y que la tierra a la que se refería era la celestial. Dios poseyó a José en sus problemas, y estuvo con él por el poder de su Espíritu, tanto en su propia mente, dándole consuelo, como en aquellos con los que se relacionaba, dándole favor a sus ojos. Esteban les recuerda a los judíos su mezquino comienzo, para que se enorgullezcan de las glorias de esa nación. También les recuerda la maldad de los patriarcas de sus tribus, al envidiar a su hermano José; y el mismo espíritu seguía actuando en ellos hacia Cristo y sus ministros. La fe de los patriarcas, al desear ser enterrados en la tierra de Canaán, mostraba claramente que tenían en cuenta el país celestial. Es bueno recurrir al primer surgimiento de los usos, o sentimientos, que se han pervertido. Si queremos conocer la naturaleza y los efectos de la fe justificadora, debemos estudiar el carácter del padre de los fieles. Su llamado muestra el poder y la amplitud de la gracia divina, y la naturaleza de la conversión. Aquí también vemos que las formas y distinciones externas no son nada comparadas con la separación del mundo y la devoción a Dios.

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