1-10 Dios nunca prometió otorgar bendiciones a sus criaturas racionales, mientras persisten en la desobediencia voluntaria. El perdón y la aceptación se prometen libremente a todos los creyentes; pero ningún hombre puede ser salvo si no obedece el mandato de Dios de arrepentirse, creer en Cristo, separarse del pecado y del mundo, elegir la abnegación y la novedad de la vida. En general, los hombres escucharán a quienes hablan de doctrinas, promesas y privilegios; pero cuando se mencionan los deberes, no doblarán la oreja.

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