1-9 Josué despide a las tribus con buen consejo. Los que tienen el mandamiento lo tienen en vano, a menos que lo hagan; y no se hará correctamente a menos que prestemos atención diligente. En particular amar al Señor nuestro Dios, como el mejor de los seres y el mejor de los amigos; y en la medida en que ese principio rija en el corazón, habrá un cuidado constante y un esfuerzo por caminar en sus caminos, incluso aquellos que son estrechos y cuesta arriba. En cada caso para guardar sus mandamientos. En todo momento, y en todas las condiciones, con el propósito de un corazón para unirse al Señor y servirle a él y a su reino entre los hombres, con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma. Este buen consejo se da a todos; ¡que Dios nos dé gracia para tomarlo!

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