8-12 Aquellos cuyos ojos son abiertos, y cuyos corazones son limpiados por la gracia, siendo conocidos como la misma persona, pero ampliamente diferentes en carácter, viven como monumentos a la gloria del Redentor, y recomiendan su gracia a todos los que desean la misma preciosa salvación. Es bueno observar la forma y el método de las obras de Dios, y éstas parecerán más maravillosas. Aplica esto espiritualmente. En la obra de la gracia realizada en el alma vemos el cambio, pero no vemos la mano que lo hace: el camino del Espíritu es como el del viento, del que oyes el sonido, pero no puedes decir de dónde viene ni a dónde va.

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