1-13 La consagración de Aarón y sus hijos se retrasó hasta que se preparó el tabernáculo y se dieron las leyes de los sacrificios. Aarón y sus hijos fueron lavados con agua, para indicar que debían purificarse de todas las disposiciones pecaminosas, y para siempre mantenerse puros. Cristo lava a aquellos de sus pecados con su propia sangre, a quien hace reyes y sacerdotes para nuestro Dios, Apocalipsis 1:5; Apocalipsis 1:6; y aquellos que se acercan a Dios deben ser lavados en agua pura, Hebreos 10:22. La unción de Aarón fue tipificar la unción de Cristo con el Espíritu, que no le fue dada por medida. Todos los creyentes han recibido la unción.

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