41-53 Todos deben tomar para sí lo que Cristo dice en su palabra, e informarse al respecto. Nadie es tan ignorante como para no saber que hay muchas cosas erróneas que hace, y muchas cosas correctas que descuida; por lo tanto, todos están sin excusa en su pecado. La introducción de la dispensación evangélica provocaría desolaciones. No es que ésta sea la tendencia de la religión de Cristo, que es pura, pacífica y amorosa, sino el efecto de que es contraria al orgullo y a la lujuria de los hombres. Debía haber una amplia publicación del evangelio. Pero antes de que eso tuviera lugar, Cristo tenía que ser bautizado con un bautismo muy diferente al del agua y el Espíritu Santo. Debía soportar los sufrimientos y la muerte. No estaba de acuerdo con su plan de predicar el evangelio más ampliamente, hasta que se completara este bautismo. Debemos ser celosos en dar a conocer la verdad, pues aunque se susciten divisiones, y la propia familia de un hombre sea su enemiga, los pecadores se convertirán y Dios será glorificado.

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