1-5 Se le habló a Cristo de la muerte de algunos galileos. Esta trágica historia se relata brevemente aquí, y no se encuentra en los historiadores. En la respuesta de Cristo se habló de otro suceso que, al igual que éste, daba un ejemplo de personas arrebatadas por la muerte súbita. Las torres que se construyen para la seguridad, a menudo resultan ser la destrucción de los hombres. Advirtió a sus oyentes de que no debían culpar a los grandes sufridores, como si por ello fuesen considerados grandes pecadores. Como ningún lugar o empleo puede proteger del golpe de la muerte, debemos considerar las mudanzas repentinas de otros como advertencias para nosotros mismos. En estas historias, Cristo motivó un llamado al arrepentimiento. El mismo Jesús que nos pide que nos arrepintamos, porque el reino de los cielos está cerca, nos pide que nos arrepintamos, porque de lo contrario pereceremos.

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