27-39 Fue una maravilla de la gracia de Cristo que llamara a un publicano a ser su discípulo y seguidor. Fue una maravilla de su gracia que el llamado fuera tan eficaz. Fue una maravilla de su gracia que viniera a llamar a los pecadores al arrepentimiento y a asegurarles el perdón. Fue una maravilla de su gracia que soportara tan pacientemente la contradicción de los pecadores contra él y sus discípulos. Fue una maravilla de su gracia que fijara los servicios de sus discípulos según su fuerza y posición. El Señor entrena a su pueblo gradualmente para las pruebas que le son asignadas; deberíamos copiar su ejemplo al tratar con el débil en la fe, o con el creyente tentado.

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