30-44 Que los ministros no hagan nada ni enseñen nada, sino lo que están dispuestos a decir a su Señor. Cristo se da cuenta de los sustos de unos y de los trabajos de otros de sus discípulos, y proporciona descanso a los que están cansados, y refugio a los que están aterrorizados. El pueblo buscaba el alimento espiritual de la palabra de Cristo, y luego él cuidaba de que no quisieran el alimento corporal. Si Cristo y sus discípulos soportaron cosas mezquinas, seguramente nosotros podremos hacerlo. Y este milagro muestra que Cristo vino al mundo, no sólo para restaurar, sino para preservar y alimentar la vida espiritual; en él hay suficiente para todos los que vienen. Nadie se aleja de Cristo con las manos vacías, sino los que vienen a él llenos de sí mismos. Aunque Cristo tenía pan suficiente a su disposición, nos enseña a no desperdiciar ninguna de las bondades de Dios, recordando cuántos están necesitados. Es posible que alguna vez necesitemos los fragmentos que ahora desechamos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad