8-13 Mientras que todas las otras barras permanecieron como estaban. La vara de Aarón se convirtió en una rama viva. En algunos lugares había brotes, en otros flores, en otros frutos, al mismo tiempo; Todo esto fue milagroso. Así se manifestó que Aarón estaba bajo la bendición especial del Cielo. La fecundidad es la mejor evidencia de un llamado Divino; y las plantas del entorno de Dios, y las ramas cortadas, florecerán. Esta vara fue preservada, para quitar los murmullos de la gente, para que no murieran. El diseño de Dios, en todas sus providencias, y en sus memoriales, es quitar el pecado. Cristo se manifestó para quitar el pecado. A Cristo se le llama expresamente una vara del tronco de Jesé: según las opiniones humanas, había pocas posibilidades de que floreciera. Pero la vara seca revivió y floreció ante la confusión de sus adversarios. La gente llora: ¡Mira, morimos, perecemos, todos perecemos! Este era el lenguaje de un pueblo que se quejaba, que se peleaba con los juicios de Dios, que por su propio orgullo y obstinación traían sobre sí mismos. Es muy malvado preocuparse contra Dios cuando estamos afligidos, y en nuestra angustia por lo tanto, traspasar aún más. Si morimos, si perecemos, es de nosotros mismos, y la culpa será de nuestras propias cabezas. Cuando Dios juzgue, vencerá y obligará a los opositores más obstinados a confesar su locura. ¡Y cuán grandes son nuestras misericordias, que tenemos una dispensación más clara y mejor, establecida sobre mejores promesas!

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