22-27 Los sacerdotes debían bendecir solemnemente al pueblo en el nombre del Señor. Estar bajo la protección omnipotente de Dios nuestro Salvador; disfrutar de su favor como la sonrisa de un Padre amoroso o como los rayos reconfortantes del sol; mientras Él perdona misericordiosamente nuestros pecados, suple nuestras necesidades, consuela el corazón y nos prepara por su gracia para la gloria eterna; estas cosas forman la sustancia de esta bendición y la suma total de todas las bendiciones. En una lista tan rica de misericordias, las alegrías mundanas no son dignas de ser mencionadas. Aquí tenemos una forma de oración. El nombre Jehová se repite tres veces. Los judíos piensan que hay algún misterio; y sabemos cuál es, ya que el Nuevo Testamento lo ha explicado. Allí se nos dirige a esperar la bendición de la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, 2 Corintios 13:14; cada una de estas Personas es Jehová, y sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.

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