1-4 El tema de la alabanza son las bendiciones de la gracia que brotan del amor eterno de Dios. El nombre de Dios como un Dios de pacto y Padre en Cristo, bendiciéndonos con todas las bendiciones espirituales en él, debe ser amado y alabado. El Señor escogió un pueblo para sí mismo, para que pudieran ser con él por un nombre y una alabanza. Si no lo elogian por este favor distintivo, son las personas más indignas e ingratas.

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