1-5 David es muy ferviente en la oración. Observa su fe en la oración; Dios es mi roca, sobre quien construyo mi esperanza. Los creyentes no deben descansar hasta que hayan recibido alguna muestra de que sus oraciones son escuchadas. Ora para que no pueda ser contado con los impíos. Sálvame de enredarme en las trampas que me han tendido. Sálvame de ser infectado con sus pecados y de hacer lo que ellos hacen. Señor, nunca me dejes usar tales artes de engaño y traición para mi seguridad, como lo usan para mi ruina. Los creyentes temen el camino de los pecadores; los mejores son conscientes del peligro que corren de ser apartados: todos debemos rezar fervientemente a Dios por su gracia para mantenernos. Aquellos que tienen cuidado de no participar con los pecadores en sus pecados, tienen razones para esperar que no recibirán sus plagas. Él habla de los juicios justos del Señor sobre los trabajadores de la iniquidad, ver. Salmo 28:4. Este no es el lenguaje de la pasión o la venganza. Es una profecía que ciertamente llegará un día, cuando Dios castigará a cada hombre que persista en sus malas acciones. Se considerará a los pecadores, no solo por la travesura que han hecho, sino por la travesura que diseñaron e hicieron lo que pudieron para lograr. El desprecio de las obras del Señor, es la causa del pecado de los pecadores, y se convierte en la causa de su ruina.

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