Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo - Una introducción solemne y hermosa, muy adecuada al espíritu apostólico. El Padre de misericordias y Dios de todo consuelo - Las misericordias son la fuente del consuelo; el consuelo es la expresión exterior de misericordia. Dios muestra misericordia en la aflicción misma. Él da consuelo tanto en la aflicción como después. Por eso se le llama el Dios de todo consuelo. ¡Bendito sea este Dios!

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