Al que no conoció pecado, le hizo una ofrenda por el pecado, un elogio peculiar de Cristo. Para nosotros, que no conocimos la justicia, que por dentro y por fuera no éramos más que pecado; quien debe haber sido consumido por la justicia divina, si no se hubiera hecho esta expiación por nuestros pecados. Para que seamos hechos justicia de Dios por medio de él - Que por medio de él seamos investidos de esa justicia, primero imputada a nosotros, luego implantada en nosotros, que es en todo sentido la justicia de Dios.

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