Príncipes: no los príncipes políticos, sino eclesiásticos, o el jefe de los sacerdotes y levitas, cuyos nombres siguen aquí. Levitas: para uso de cualquiera de sus familias, según sea necesario. Porque suponían que los treinta mil que había dado el rey no eran suficientes para todas las familias.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad