Y vi: esta es una continuación de la misma narrativa. En la mano derecha - El emblema de su poder supremo. Lo sostuvo abiertamente, para dárselo que fuera digno. Apenas es necesario observar que no hay en el cielo ningún libro real de pergamino o papel o que Cristo no está realmente allí, en forma de león o de cordero. Tampoco hay en la tierra ninguna bestia monstruosa con siete cabezas y diez cuernos.

Pero como hay sobre la tierra algo que, en su género, responde a tal representación; así que hay en el cielo consejos y transacciones divinos que responden a estas expresiones figurativas. Todo esto le fue representado a San Juan en Patmos, en un día, a modo de visión. Pero su realización se extiende desde ese momento a todas las edades. Los escritos sirven para informarnos de cosas lejanas y futuras.

Y por eso se dice figurativamente que las cosas que están por venir están "escritas en el libro de Dios"; también lo era en ese momento el contenido de esta importante profecía. Pero el libro estaba sellado. Ahora viene la apertura y realización también de las grandes cosas que son, por así decirlo, sus letras. Un libro escrito por dentro y por fuera, es decir, ninguna parte en blanco, llena de materia. Sellado con siete sellos - Según las siete partes principales que contiene, uno en el exterior de cada uno.

Los libros habituales de los antiguos no eran como los nuestros, sino volúmenes o largos trozos de pergamino, enrollados en un palo largo, como solemos enrollar las sedas. Tal era este representado, que estaba sellado con siete sellos. No como si el apóstol viera todos los sellos a la vez; porque había siete volúmenes envueltos uno dentro del otro, cada uno de los cuales estaba sellado: de modo que al abrir y desenrollar el primero, el segundo parecía estar sellado hasta que se abrió, y así sucesivamente hasta el séptimo.

El libro y sus sellos representan todo poder en el cielo y la tierra dado a Cristo. En los siguientes capítulos se incluye una copia de este libro. Por "las trompetas" contenidas bajo el séptimo sello, el reino del mundo es sacudido, para que por fin se convierta en el reino de Cristo. Por "las copas", bajo la séptima trompeta, el poder de la bestia, y todo lo que está relacionado con ella, se rompe. Esta suma de todo lo deberíamos tener continuamente ante nuestros ojos: así todo el Apocalipsis fluye en su orden natural.

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