Hecho: ya sea por potentados malvados, que por lo general promueven a hombres indignos y oprimen a las personas de mayor virtud y mérito; o, por la providencia de Dios, que lo considera adecuado por muchas razones importantes para administrar los asuntos del mundo presente. ¿A quién? ¿A quién se le aplica el uso que el peor de los hombres merecen? Sucede: que, en lugar de los castigos que merecen, reciben las recompensas que se deben a los hombres virtuosos.

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