Siete días los consagrarás - Aunque todas las ceremonias se llevaron a cabo el primer día, sin embargo, no debían considerar su consagración completa hasta el final de los siete días, lo que puso una solemnidad en su admisión, y una distancia entre este y su estado anterior, y los obligó a comenzar su trabajo con una pausa, dándoles tiempo para considerar su peso. Esto se observaría en las edades posteriores: el que sucedería a Aarón en el sumo sacerdocio, debía vestirse con las vestiduras sagradas siete días juntos, como señal de un avance deliberado a su cargo, y que un sábado podría pasar sobre él, en su consagración.

Cada día de los siete, en esta primera consagración, un becerro debía ser ofrecido como ofrenda por el pecado, que era para intimar, que aunque se hizo la expiación, aún deben mantener un sentido penitente del pecado, y a menudo repetir el confesión de ello. Que aquellos sacrificios que se ofrecían así día a día, no podían hacer perfectos a los que llegaban allí, porque entonces habrían dejado de ser ofrecidos; Hebreos 10:1 .

Por lo tanto, deben esperar la aparición de una mejor esperanza. Ahora bien, esta consagración de los sacerdotes fue una sombra de las cosas buenas por venir. Nuestro Señor Jesús es el gran sumo sacerdote de nuestra profesión, llamado por Dios para ser así consagrado para siempre, ungido con el Espíritu por encima de sus semejantes, de donde se le llama Mesías, el Cristo; vestidos con las vestiduras santas, aun de gloria y hermosura; santificado por su propia sangre, no la de novillos y carneros.

Todos los creyentes son sacerdotes espirituales, para ofrecer sacrificios espirituales, 1 Pedro 2:5 , lavados en la sangre de Cristo, y así hechos sacerdotes para nuestro Dios, Apocalipsis 1:5 . Ellos también están vestidos con la hermosura de la santidad y han recibido la unción, 1 Juan 2:27 .

Su sangre, rociada sobre la conciencia, la limpia de obras muertas, para que, como sacerdotes, sirvan al Dios vivo. El Espíritu de Dios es llamado dedo de Dios ( Lucas 11:20 , comparado con Mateo 12:28 ) y por él el mérito de Cristo se aplica eficazmente a nuestras almas, como aquí Moisés con su dedo iba a poner la sangre sobre Aaron.

Asimismo, se da a entender que los ministros del evangelio deben ser apartados solemnemente para la obra del ministerio con gran deliberación y seriedad, tanto en los ordenadores como en los ordenados, como aquellos que están empleados en una gran obra y a quienes se les ha confiado una gran labor. cargar.

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