Y el Señor se arrepintió del mal que pensaba hacer: aunque tenía la intención de castigarlos, no los arruinaría. Mira aquí, el poder de la oración, Dios se deja vencer por una humilde importunidad creyente. Y vea la compasión de Dios hacia los pobres pecadores, y cuán dispuesto está a perdonar.

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