Porque yo a través de la ley - Aplicada por el Espíritu a mi corazón, y convenciéndome profundamente de mi total pecaminosidad e impotencia. Estoy muerto a la ley, a toda esperanza de justificación por ella. Para que pueda vivir para Dios, no continuar en el pecado. Por este mismo fin, en este sentido, soy liberado de la ley, para que pueda ser liberado del pecado.

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