Que por dos cosas inmutables - Su promesa y su juramento, en una de las dos, mucho más en las cuales era imposible que Dios mintiera, pudiéramos tener un gran consuelo - Tragándonos toda duda y temor. Quienes han huido - Después de haber sido sacudidos por muchas tormentas. Para asirnos de la esperanza que tenemos ante nosotros: en Cristo, el objeto de nuestra esperanza y la gloria que esperamos por medio de él.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad