Y encontrando discípulos, nos quedamos allí siete días, para pasar un día de reposo con ellos. El cual le dijo a Pablo por el Espíritu - Que le aguardaban aflicciones en Jerusalén. Esto fue correctamente lo que dijeron por el Espíritu. Ellos mismos le aconsejaron que no subiera. Los discípulos parecieron entender que su impulso profético era una insinuación del Espíritu, que Pablo, si así lo deseaba, podría evitar el peligro al no ir a Jerusalén.

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