Por sorteo: este curso lo ordenó Dios, en parte para evitar descontentos, enemistades y disputas entre las tribus, y en parte para demostrar la verdad y sabiduría de su providencia, por la cual solo esas partes recayeron en cada uno de ellos, que Jacob hace mucho tiempo y Moisés últimamente, predicho; de modo que, como dice un sabio, debe ser más estúpido que estupido el que no reconoce una mano divina en este asunto.

El lote solo determinaba las distintas partes de las distintas tribus, pero no fijaba con precisión todos los límites; éstos pueden agrandarse o disminuirse según el mayor o menor número de tribus.

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