En tu mano, es decir, en tu poder para usarnos como quieras. A ti - Nos referimos a ti ya tu propia piedad, probidad y fidelidad a tu palabra y juramento; si destruyes a tus humildes suplicantes, nos sometemos. Sometámonos igualmente a nuestro Señor Jesús, y remitámonos a él; diciendo: Estamos en tu mano; haz con nosotros lo que te parezca justo. Solo salva nuestras almas: danos nuestras vidas por una presa; y déjanos servirte como tú quieras.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad