La paz os dejo - La paz en general; paz con Dios y con vuestra propia conciencia. Mi paz - En particular; esa paz que disfruto, y que creo, la doy - En este instante. No como el mundo da: insatisfactorio, inestable, pasajero; pero llenando el alma de una tranquilidad constante y uniforme. ¡Señor, danos siempre esta paz! ¡Con qué serenidad atravesamos los escenarios más turbulentos de la vida, cuando todo está tranquilo y armonioso por dentro! Hiciste la paz con la sangre de tu cruz. ¡Ojalá que demos toda la diligencia necesaria para preservar intacto el don inestimable, hasta que brote en paz eterna!

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