Y estar en agonía - Probablemente ahora mismo lidiando con los poderes de las tinieblas: sintiendo el peso de la ira de Dios, y al mismo tiempo rodeado por una poderosa hueste de demonios, quienes ejercieron toda su fuerza y ​​malicia para perseguir y distraer a su espíritu herido. Oraba con más fervor - Incluso con gritos y alquitranes más fuertes: y su sudor - Tan frío como el tiempo era, como grandes gotas de sangre - Que, por la vehemente angustia de su alma, fueron expulsados ​​de los poros, en una cantidad tan grande como después se unió en gotas grandes, gruesas, gruñidas, y hasta cayó al suelo.

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