¡Ay del mundo a causa de las ofensas! Es decir, habrá una miseria indecible en el mundo a través de ellas; porque es necesario que vengan las ofensas. Tal es la naturaleza de las cosas, y tal la debilidad, la locura y la maldad de la humanidad, que no puede ser sino que vendrán; pero ¡ay de ese hombre! Es decir, miserable es ese hombre por quien viene la ofensa. Las ofensas son todas las cosas por las cuales alguien es rechazado o obstaculizado en el camino de Dios.

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