Pan: los destruiremos tan fácilmente como comemos nuestro pan. Su defensa: su conducta y valor, y especialmente Dios, que se complació en brindarles su protección hasta que se colmen sus iniquidades, se apartó por completo de ellos y nos los entregó como presa. Con nosotros - Por su gracia especial y poder omnipotente, para salvarnos de ellos y de todos nuestros enemigos. Solo que no te rebeles contra el Señor: nada puede arruinar a los pecadores sino su propia rebelión. Si Dios los deja, es porque lo alejan de ellos, y mueren, porque morirán.

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