La única religión verdadera a los ojos de Dios es esta, visitar: con consejo, consuelo y alivio. Los huérfanos y las viudas: los que más lo necesitan. En su aflicción - En su estado más desamparado y desesperado. Y mantenerse sin mancha del mundo, de sus máximas, temperamentos y costumbres. Pero esto no se puede hacer hasta que hayamos entregado nuestro corazón a Dios y amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

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