Ireneo contra las herejías Libro V

Pero como el olivo silvestre injertado no pierde ciertamente la sustancia de su madera, sino que cambia la calidad de su fruto, y recibe otro nombre, siendo ya no un olivo silvestre, sino un olivo que da fruto, y se llama así; así también, cuando el hombre es injertado por la fe y recibe el Espíritu de Dios, ciertamente no pierde la sustancia de la carne, sino que cambia la calidad del fruto [producido, es decir,] de sus obras, y recibe otro nombre, [70]

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